Balance entre masculino y femenino internos
Vivimos en un mundo donde damos total importancia a nuestras circunstancias externas. Donde buscamos el trabajo, el puesto, la pareja, la familia… como si se tratara de postas en una carrera hacia vaya uno a saber dónde.
La vida nos va dando sobradas muestras de que nuestra vida termina siendo en definitiva “el orden explicado de un orden implicado”; traducción: “lo que manifestás en el plano concreto es el resultado de lo que sucede dentro tuyo”.
Dicho esto, queda más que claro que si yo deseo una pareja, esa pareja “debe manifestarse dentro mío primero”.
¿De qué manera? A través del balance de mis energías masculina y femenina.
Acá no estoy entrando en cuestiones de género y sexualidad. Todos, hombres y mujeres de la elección sexual que tengan, poseen energía femenina y masculina; poseen un masculino y femenino interno, un yin y un yang que se relacionan de determinada manera.
Todo en el Universo esta creado por la combinación de energía masculina y femenina. Vos también claramente.
Las energías femenina y masculina internas, al estar en balance, armonía y relación recíproca propician la sensación de totalidad interior. Puedo sentir que tengo todo para poder vivir mi vida sintiéndome completo/a. Porque a través de mi amistad, aceptación y amor hacia mi energía femenina puedo vivenciar determinadas cosas y a través de mi amistad, aceptación y amor hacia mi energía masculina puedo vivenciar otras. Ambas en conjunto generar una danza y un balance maravilloso en nuestra vida.
Por eso cuando hablamos de cuestiones de vínculos, especialmente de pareja, tenemos que trabajar en la pareja primordial interna que todos tenemos.
En nuestro inconsciente mora un masculino y un femenino interno que va a replicarse en el escenario de la vida cotidiana.
A través del otro puedo ver asuntos vinculados a mi masculino y femenino internos, puedo trabajarlos, sanarlos, integrarlos y balancearlos.
Hay muchísimas formas de trabajar este masculino y femenino interno que tenemos introyectado; la Astrología da muchas claves para descubrirlo; las constelaciones familiares, los rituales de armonización de ambas energías son algunas de las formas de comenzar a vislumbrar cómo se da nuestra “pareja interna”.
A partir de ese balance, de esa danza de energías , me puedo declarar un ser “completo” que puede “danzar” con otro que se declara como completo.
¡¡Pero por favor no nos engañemos!!
Ser completo no implica “ser perfecto y sin problemas”, sino para qué querría tener una pareja si no se trata de crecer, evolucionar, desarrollarme como persona? Para que la quiero?
Declararme completo implica “declararme consciente” de mis energías, de mis desafíos de mis miedos, para poder ir sanando y creciendo EN VINCULO. Hay infinidad de mecanismos y situaciones que solo pueden aflorar en relación con otro. Por más que me quede en casa trabajándome y cultivándome, sólo voy a poder comprobar si aprendí, en relación con un otro.
Recapitulemos:
Al conocer mi relación interna, mi pareja interna, puedo ser más consciente de mi trabajo a realizar con otro y allí es donde el vínculo deja de ser un campeonato de proyecciones (porque vos me hiciste esto, porque no me da lo otro), para pasar a ser un campo fértil de desarrollo personal, intercambio, amor y colaboración mutua; un espacio donde al ser consciente de mis desafíos, puedo verme en el reflejo que me presenta el otro, puedo trabajar en integrar lentamente mis aspectos en sombra y avanzar en vinculo hacia el auto conocimiento, tarea interminable y apasionante si logramos entender al vínculo como un medio de evolución y no como la pócima que va a saciar vacíos existenciales.
El mundo de los vínculos y las relaciones (las de pareja entre éstas) es un campo interminable de trabajo, crecimiento, desafíos y auto descubrimiento. Pero antes de explorar al otro a ver si “es para mí”, tengo que chequear internamente cómo percibo la danza de la pareja interna.
Te dejo también un trabajo de visualización guiada para observar la relación entre tus energías internas.
Nos vemos!
